Tiburones son marcados con chips para conocer sus hábitats en Galápagos

23.06.2013 06:54

Los tiburones, que no
dejan de ser temidos por bañistas, están
siendo marcados con chips para
identificar sus hábitats dentro de la
reserva marina del archipiélago
ecuatoriano de Galápagos, donde están
protegidos y han sido identificadas 33
especies, varias de ellas en peligro de
extinción.
"Queremos saber cuáles son las áreas de
crianza de las principales especies de
tiburones", dice a la AFP Eduardo
Espinoza mientras extiende una red de
100 por 3 metros en Puerto Grande, una
bahía del centro-este de la isla San
Cristóbal, para otro de sus rutinarios
monitoreos sobre la presencia de
escualos.
"Estamos determinando los sitios donde
los tiburones viven sus primeras etapas",
agrega el responsable de Investigaciones
Marinas del Parque Nacional Galápagos
(PNG) mientras se alista para la
colocación de microchips a tiburones
juveniles, para rastrearlos en la reserva
marina de la región insular -de 138.000
km2, la segunda más grande del mundo-
incluso a nivel satelital.
El monitoreo, que siempre dura una hora
y al que tuvo acceso la AFP, rápidamente
arroja resultados, al quedar atrapados en
la red tres animales, dos hembras y un
macho, de la especie punta negra
(Carcharhinus melanopterus).
"Tiburón, tiburón. Todos pilas (atentos)",
exclama Espinoza, quien desde la proa da
indicaciones al lanchero para que se
acerque a la malla. Con habilidad, el
biólogo agarra a un escualo para que dos
asistentes tomen su peso, talla, verifiquen
el sexo y lo identifiquen con un implante
en la aleta dorsal.
El trabajo, en el que participa la bióloga
brasileña Talita Gomes-Vieira (voluntaria
en el PNG), incluye la recolección de una
muestra de tejido de la misma aleta para
estudios genéticos y la introducción del
circuito electrónico debajo de la piel del
dorso.
El ejercicio toma apenas dos minutos y el
tiburón es sometido a un proceso de
"resucitación", mediante movimientos
para que el agua circule por los
bronquios, antes de liberarlo.
"Se lo hace siempre para asegurarnos de
que está bien", manifiesta Yasmania
Llerena, monitora de Ecosistemas del
PNG, la última en tener entre sus manos
al escualo, que al sentirse libre se aleja
disparado de la embarcación. "Eso es una
buena señal porque cuando están débiles
se quedan quietos en el agua", añade.
La operación se repite con otros dos
punta negra, entre ellos un macho nacido
hace unos seis meses que pesó alrededor
de 10 libras (unos 4,5 kg) y midió unos
85 cm. "Esta especie tiene un crecimiento
lento, puede llegar a dos metros de
longitud y alcanza su madurez sexual a los
18 años", explica Llerena.
Pero antes de examinar al último, la
situación se altera al quedar entre la red
un lobo marino, que recorría el aparejo
en busca de peces.
"Hay que liberarlo rápido, vamos, vamos",
lanza Espinoza, quien arroja una
vestimenta sobre la cara del mamífero
para no ser atacado mientras lo ayuda a
desatarse. "El lobo es más peligroso que
cualquier animal, es como un perro que
se lanza a morder", apunta.
El investigador recoge y vuelve a colocar
la malla para completar el monitoreo de
una hora, aunque ya no hubo más pesca
cuando en otras ocasiones han atrapado
a 40 escualos.
Los tiburones son animales altamente
pelágicos y migratorios, y su presencia en
el sistema marino de Galápagos "denota
un buen estado de salud del ecosistema",
explica Espinoza.
Estudios realizados desde hace siete años
revelan que se mantienen los niveles de
"abundancia" de tiburones en Galápagos,
donde han sido identificadas 33 especies
como ballena (Rhincodon typus), punta
blanca oceánico (Carcharhinus
longimanus), martillo (Sphyrna lewini),
galápagos (Carcharhinus galapagensis,
nativo del archipiélago) y silky
(Carcharhinus Falciformis), las cuales
están en la lista roja de la Unión
Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (UICN).
"En Ecuador, los tiburones están
protegidos, pero no han dejado de ser
presas para la comercialización de sus
aletas", según Espinoza, quien señala que
un juego de aletas puede costar 150
dólares en el mercado ecuatoriano.
La práctica mundial del 'aleteo' consiste
en cortar las aletas a los animales por ser
muy apreciadas en Asia y restaurantes
orientales que operan en el mundo.
En Galápagos se busca "identificar la
abundancia" de los géneros de escualos
más allá de que "se ha satanizado la
existencia del tiburón en los mares como
el animal más agresivo de la naturaleza",
dice Espinoza.
"A pesar de las creencias, es uno de los
animales más tímidos de la naturaleza",
añade, al tiempo que destaca que parte
del atractivo turístico de Galápagos es el
buceo con tiburones.