Reflexion de Fidel Castro La Cumbre de las guayaberas

15.04.2013 18:42

Obama, el primer Presidente negro
de Estados Unidos -sin dudas
inteligente, bien instruido y buen
comunicador-, hizo pensar a no
poca gente que era un émulo de
Abraham Lincoln y Martin Luther
King.
Hace cinco siglos una Bula Papal,
aplicando conceptos de la época,
asignó alrededor de 40 millones de
kilómetros cuadrados de tierra,
aguas interiores y costas a dos
pequeños y belicosos reinos de la
península Ibérica.
Ingleses, franceses, holandeses y
otros importantes Estados feudales
fueron excluidos del reparto.
Interminables guerras no tardaron
en desatarse, millones de africanos
fueron convertidos en esclavos a lo
largo de cuatro siglos y las culturas
autóctonas, algunas de ellas más
avanzadas que las de la propia
Europa, fueron deshechas.
Hace 64 años fue creada la
repudiable OEA. No es posible
pasar por alto el grotesco papel de
esa institución. Un elevado número
de personas, que tal vez sumen
cientos de miles, fueron
secuestradas, torturadas y
desaparecidas como consecuencia
de sus acuerdos para justificar el
golpe contra las reformas de
Jacobo Árbenz en Guatemala,
organizado por la Agencia Central
de Inteligencia yanki.
Centroamérica y el Caribe, incluida
la pequeña isla de Granada, fueron
víctima de la furia intervencionista
de Estados Unidos a través de la
OEA.
Más grave todavía fue su nefasto
papel en el ámbito de Suramérica.
El neoliberalismo, como doctrina
oficial del imperialismo, cobró
inusitada fuerza en la década del
70 cuando el Gobierno de Richard
Nixon decidió frustrar el triunfo
electoral de Salvador Allende en
Chile. Una etapa verdaderamente
siniestra en la historia de América
Latina se iniciaba. Dos altos jefes
de las Fuerzas Armadas chilenas,
leales a la Constitución, fueron
asesinados y Augusto Pinochet
impuesto en la jefatura del Estado,
tras una represión sin precedentes
en la que numerosas personas
seleccionadas fueron torturadas,
asesinadas y desaparecidas.
La Constitución de Uruguay, un
país que se había mantenido
durante muchos años en el marco
de la institucionalidad, fue barrida.
Los golpes militares y la represión
se extendieron a casi todos los
países vecinos. La línea de
transporte aéreo cubana fue objeto
de brutales sabotajes. Un avión fue
destruido en pleno vuelo con todos
sus pasajeros. Reagan liberó al
autor más importante del
monstruoso crimen de una prisión
en Venezuela, y lo envió a El
Salvador a organizar el intercambio
de drogas por dinero para la
guerra sucia contra Nicaragua, que
costó decenas de miles de muertos
y mutilados.
Bush padre y Bush hijo,
protegieron y exoneraron de culpa
a los implicados en estos crímenes.
Sería interminable la lista de
fechorías y actos terroristas
cometidos contra las actividades
económicas de Cuba a lo largo de
medio siglo.
Hoy, viernes 13, escuché valientes
palabras pronunciadas por varios
de los oradores que intervinieron
en la reunión de cancilleres de la
llamada Cumbre de Cartagena. El
tema de los derechos soberanos de
Argentina sobre las Malvinas -cuya
economía es brutalmente golpeada
al privarla de los valiosos recursos
energéticos y marítimos de esas
islas-, fue abordado con firmeza. El
canciller venezolano Nicolás
Maduro, al finalizar la reunión de
hoy, declaró con profunda ironía
que "del Consenso de Washington
se pasó al Consenso sin
Washington".
Ahora tenemos la Cumbre de las
guayaberas. El río Yayabo y su
nombre indio, totalmente
reivindicado, pasarán a la historia.