[Lo + visto] Los "catadores de drogas" de Colombia

22.06.2013 17:52

Son las 10:30 de la noche de un viernes en
las afueras de Bogotá y la que está llamada
a ser la fiesta de música electrónica más
importante del año empieza a llenarse
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17/06/2013 - 9:28 AM TAMAÑO DE LETRA
A esta hora los DJs llevan rato haciendo
sentir sus mezclas en tres gigantescas
carpas y el olor dulzón de la marihuana ya
es más fuerte que el del pasto recién
cortado.
Y, en una esquina del complejo deportivo
alquilado para el "rave", un grupo de
jóvenes está a punto de completar la
instalación de una novedosa adición a las
noches de fiesta bogotanas: un
laboratorio de análisis de sustancias
ilegales.
"Podemos realizar pruebas químicas que
nos permiten definir dos cosas: es o no es
la sustancia que se supone le vendieron al
usuario, y si esa sustancia tiene o no tiene
algún adulterante reconocido como
peligroso", le explica a BBC Mundo Julián
Molina, de la ONG Acción Técnica Social
(ATS).
"La idea es que tenga una información
confiable que le permita tomar una mejor
decisión acerca de si consume o no la
sustancia que adquirió", dice de la
iniciativa "Échele cabeza cuando se dé en
la cabeza", la que cuenta con el apoyo del
Ministerio de Salud y Protección Social y
la Secretaria Distrtital de Salud de la
Alcaldía de Bogotá.
Enfoque alternativo
La intervención aprovecha que la
legislación colombiana no penaliza el
porte de pequeñas cantidades de drogas
para uso personal, ni su consumo.
Y es un buen ejemplo de un enfoque
relativamente novedoso - al menos en
Colombia - frente a los problemas
causados por el consumo de drogas: el de
"reducción de riesgo y daño".
"El tema es que Colombia hace rato pasó
de ser un país exportador (de drogas) a
ser un país consumidor, y ahora está
pasando de ser un país consumidor a ser
un consumidor problemático", explica
Julián Andrés Quintero, el director
ejecutivo de ATS.
"Y nosotros partimos de la base de que
hay gente que está consumiendo, no va a
dejar de consumir y no tiene problemas
graves derivados del consumo. Así que lo
que hacemos es brindar información para
que esas personas adopten conductas de
menor riesgo, que no sólo tienen un
impacto sobre su propia salud, sino
también sobre la salud social", le dice a
BBC Mundo.
Es por que justo en la puerta de la carpa
que alberga al laboratorio de análisis de
sustancias ilegales también hay una mesa
con literatura sobre las drogas - legales e
ilegales - más consumidas por los jóvenes
bogotanos.
Y los folletos, ilustrados por algunos de
los más destacados grafiteros y artistas
urbanos de la capital - Toxicómano, DJLU,
Lesivo, Orfanato, Saga y Darkas, entre
otros - vuelan como pan caliente entre los
asistentes a "Radikal Styles 2013", el rave
más esperado del año.
María Paula, de 22 años, con el cabello
teñido de fucsia y un piercing en el labio,
se muestra particularmente interesada en
el que tiene información sobre el éxtasis y
el que se refiere a las sustancias
inhalantes.
Después de todo, le dice a BBC Mundo,
esas son las sustancias que ella más
consume.
Y, aunque lo hace desde hace seis años,
admite que todavía puede aprender más
sobre ellas y sobre los riesgos asociados,
que son varios.
"Si lo combinas con alcohol (el éxtasis)
puede producir un 'golpe de calor'
ocasionando deshidratación, náuseas y
desmayos", se lee, por ejemplo, en el
folleto sobre la droga que también
conocida como MDMA, "pills" o "tachas".
"La combinación con cocaína aumenta la
presión arterial y afecta el sistema
nervioso, provocando efectos no
deseados", agrega el plegable.
Alcohol, LSD, éxtasis y coca
Más tarde, en el laboratorio de análisis de
sustancias, escucharé a Julio Molina
repetirle esa advertencia a una joven
interesada en saber más sobre algunas de
las drogas que llevó consigo a la fiesta.
Para ese entonces apenas pasa de la
medianoche - el rave, que eventualmente
convocará a unas 3.000 personas está
supuesto a durar hasta las cinco de la
madrugada - pero la chica, de únicamente
19 años, dice haber estado mezclando
alcohol, cocaína y lo que ella cree es LSD
y éxtasis.
En lo del éxtasis tiene razón: la prueba de
laboratorio da positivo por MDMA - la
sustancia activa del "E" - y ella lo celebra
palmas en alto, las pupilas
extraordinariamente dilatadas, con una de
sus amigas.
Para su decepción, sin embargo, la
cocaína nada más tiene entre un 25% y
un 50% de pureza.
Y aunque el laboratorio de ATS todavía no
tiene los reactivos necesarios para hacer
análisis de la que ya es la segunda droga
más consumida por los universitarios
colombianos, el LSD, hay cabida para una
advertencia.
"Lo más probable es que no sea LSD",
empieza Molina, quien es químico
farmacéutico de formación.
"Lo que ahorita se está vendiendo en
Bogotá no es LSD. Los consumidores que
lo conocen saben que no es", me dice.
Luego explica uno de los potenciales
problemas: el efecto de un cartón
completo de ese falso LSD - a su juicio,
probablemente 25I-NBEOME con un
agregado para generar el efecto
psicodélico - dura de dos a cuatro horas,
mientras que el efecto de la droga original
puede durar de ocho a 12 horas, y a
veces más tiempo.
De seguido, suelta la advertencia en
cuestión: "el día que se encuentren con
LSD de verdad no van a poder pilotear
ese viaje", dice, mientras también advierte
sobre los riesgos cardíacos asociados a
una sobredosis de ácido lisérgico.
Según Molina, algo parecido también pasa
con el falso MDMA (o éxtasis), que
aunque es una anfetamina, tiene un efecto
muy diferente a otras de su tipo, "que es
esa sensación de empatía que sienten las
personas hacia las demás".
Y si a un usuario familizarizado con la
droga le "dan gato por liebre", como se
dice coloquialmente, "existe el riesgo de
que se sobredosifique buscando ese
efecto de empatía"señala.
"Rumba segura"
Esta noche, sin embargo, todo el éxtasis
que ha analizado ha dado positivo por
MDMA, por lo que los consejos de Molina
han girado sobre todo en torno a la
necesidad de tomarlo con calma y no
mezclarlo con otras sustancias.
Si se presenta algún problema, ahí está el
equipo de paramédicos contratatado por
los organizadores del rave, que es una de
las condiciones de ATS para hacerse
presente en este tipo de eventos.
"Radikal Styles es uno de los raves más
importantes de Bogotá y de Colombia. Y
sus organizadores son jóvenes que están
conscientes de que el consumo de
sustancias es común en este tipo de
eventos, por lo que trabajan con nosotros
para garantizar que los asistentes tengan
información para el cuidado de su salud",
explica Julián Quintero.
Como parte del concepto de "zona de
rumba segura", que guía la intervención
de ATS, la ONG también ha dispuesto al
lado del laboratorio una "zona de
recuperación" con cojines, mantas y agua.
De hecho, pasada la una de la madrugada,
puedo ver cómo el énfasis de la
intervención de la ONG pasa de la
provisión de información, vía los folletos
y el laboratorio, a este pequeño oasis de
tranquilidad en medio de la fiesta.
Y es que el protocolo de intervención -
explica Vanessa Morris, también de ATS -
es que a determinada hora ya no tiene
sentido seguir compartiendo información,
porque ésta ya no entra: la gente ya está
de fiesta.
"Eso lo intentamos hacer antes de que
empiecen a consumir", dice Morris, quien
durante lo que queda de la noche se
encargará de repartir agua, mantas, dulce
de guayaba y palabras tranquilizadoras
entre las personas que ya pasaron la
frontera entre el disfrute y "el raye"
vinculado al consumo de alcohol y
drogas.
Y, en estos casos, me dicen sus colegas
Andrés Soto y Felipe Cuervo mientras la
observan, la clave es hacer que estas
personas se sientan cómodas y seguras,
nunca juzgarlas.
Después de todo, sugieren, en algunos
casos esa mala experiencia es necesaria
para reconocer la importancia del consejo
que le da nombre a la iniciativa de ATS:
"Échele cabeza cuando se dé en la
cabeza".
Una consigna que a ellos les gustaría
convertir en el nuevo mantra de la noche
bogotana.