Consumir la placenta, la nueva moda de las estrellas de Hollywood

15.04.2013 18:53

En Estados Unidos la convierten en
pastillas. Y dicen que sirve para
combatir la depresión post parto. En la medicina china, la placenta
humana se consume desde hace
2.000 años. En Occidente nadie
pensaba hacerlo. Hasta que la
costumbre llegó a Hollywood.
Holly Madison, conejita de Playboy
y ex de Hugh Hefner, confesó
ingerir pastillas elaboradas con su
placenta. "Convertí mi placenta en
píldoras. Mi partera aseguró que
me ayudarán a recuperarme más
rápido", declaró a la revista
norteamericana In Touch.
Lo mismo hizo la bella actriz
January Jones, protagonista de la
serie Mad Men. Su consumo
"puede ayudar a las mujeres a
lidiar con la depresión o la fatiga.
Nunca estuve deprimida o triste
desde que el bebé nació, así que se
lo recomiendo a cualquier
embarazada", explicó.
¿Verdad o puro cuento? Lo cierto
es que en Estados Unidos cada vez
más madres se llevan de la clínica
su propia placenta para entregarla
a doulas o parteras que se
encargan de preparar pastillas a
base de ésta.
Es sabido que la gran mayoría de
los mamíferos ingiere la placenta
después del parto. Se cree que lo
hacen por su gran aporte
nutricional (hierro, proteínas,
hormonas, etc.), pero quienes
desaprueban esta práctica en
mujeres aseguran que la raza
humana tiene los nutrientes
necesarios y por lo tanto no
requiere su ingesta. "Sostengo la
importancia nutritiva de la
placenta para un animal o ser
humano que carezca de los
cuidados médicos modernos. En
caso de contar con la asistencia
médica adecuada, se me antoja que
su consumo es un resabio tribal",
señala el médico Adrián Barceló,
pero admite que "de cualquier
forma no será dañino a la salud".
En cuanto a su capacidad para
combatir la depresión posparto y
otros problemas vinculados al
puerperio, su colega Miguel
Huespe, director de Publicaciones
de la Sociedad de Obstetricia y
Ginecología de Buenos Aires
(SOGIBA), explica que "por ahora
no hay evidencia científica al
respecto, su recomendación se
basa en la experiencia de quienes la
han consumido". E indica que la
placenta contiene "una hormona
llamada lactógeno placentaria, que
estimula la formación de leche
materna". Sin embargo, "el déficit
hormonal se ha relacionado con el
posible origen de las depresiones
post-parto", señala Huespe, y la
placenta presenta una gran
concentración de hormonas. Claro
que hay otros tratamientos más
convencionales para tratar esta
condición, como "la terapia
psicológica y la toma de algunos
medicamentos", indica el
profesional.
En EE.UU. ya hay varias compañías
que se dedican a deshidratar la
placenta y convertirla en píldoras.
El servicio cuesta alrededor de US$
225 e incluye la recolección de la
placenta en el sanatorio. La
cantidad de pastillas a obtener
varía de acuerdo a su tamaño: en
general se pueden elaborar entre
50 y 200 píldoras.
En la web, incluso, hay páginas que
explican cómo realizar este proceso
en forma casera. También allí se
pueden encontrar recetas para
preparar comidas con este órgano,
desde batidos hasta guisos. Es que
algunas parejas celebran el
nacimiento de su hijo con una
"placenta party": una fiesta en la
que la parturienta invita a sus
amigos y familiares a comer platos
elaborados con su propia placenta.