Irlanda rechaza la eutanasia para una enferma terminal

30.04.2013 04:46

El Tribunal Supremo de
Irlanda denegó hoy a una
mujer en estado terminal el
derecho al suicidio asistido,
cerrando la puerta a una
eventual legalización de la
eutanasia en el país.
Marie Fleming, una
exprofesora universitaria de
59 años que padece esclerosis
múltiple y lleva más de 25 en
silla de ruedas, había apelado
ante el Supremo el pasado
febrero, después de que un
tribunal inferior le denegase el
derecho a que su marido, Tom
Curran, le ayude a quitarse la
vida.
Un fallo a su favor en este
caso, sin precedentes en
Irlanda, hubiera forzado al
Gobierno de Dublín a legislar
para permitir, en ciertas
circunstancias, la eutanasia,
asunto que como el del aborto
genera pasiones encontradas
en un país muy católico.
En Irlanda, el suicidio asistido
está prohibido en virtud de la
llamada Ley de Derecho
Criminal de 1993 y se castiga
con un máximo de 14 años de
cárcel a quien “ayude,
instigue, aconseje o procure”
un suicidio asistido.
Los siete jueces del Supremo
rechazaron los argumentos de
la defensa, que sostuvo que la
legislación vigente viola los
derechos personales y a la
vida de Fleming, de acuerdo
con los principios recogidos
en la Carta Magna irlandesa y
en la Convención Europea de
Derechos Humanos.
El Tribunal Supremo de
Dublín, por contra, aceptó las
tesis de los abogados del
Estado, que recordaron que el
principal objetivo de la
Constitución irlandesa es
“proteger la vida” y que
cualquier derecho encaminado
a permitir la comisión de un
suicido va en contra de ese
principio.
No obstante, como ya hiciera
el Tribunal Superior el pasado
enero, la presidenta del
Supremo, Susan Denham,
aseguró hoy que el veredicto
emitido en un caso “tan triste”
y “trágico” como el de Marie
Fleming no debe ser
“impedimento” para que el
“Estado” y el “Parlamento”
introduzcan, si así lo desean,
“salvaguardas apropiadas”
para hacer frente a
situaciones similares en el
futuro.
Pero tal y como está
redactada la Constitución,
recordó la juez, en el texto no
se hace referencia al “derecho
explícito de cometer suicidio
o de elegir uno mismo el
momento de su propia
muerte”, independientemente
de que “pertenezca a un grupo
minoritario y desfavorecido”.
Los abogados de Fleming
habían insistido en que la ley
“discrimina” a un “grupo de
personas totalmente inocente”
como es el de los
“discapacitados graves”, al
considerar que no tienen el
mismo derecho que el de los
“capacitados” para suicidarse.
En repetidas ocasiones Marie,
madre de dos hijos, ha dejado
claro que quiere morir “en
paz” y cuando ella decida,
pero no puede acabar con su
vida sin la ayuda de su pareja,
quien de hacerlo sin
autorización incurriría en un
delito.
Nada más conocer el
veredicto, Tom Curran,
visiblemente emocionado, dejó
entrever que están dispuestos
a llevar el caso ante los
tribunales europeos, aunque
también advirtió de que hará
lo que le pida su pareja, quien
no asistió hoy a la vista por la
gravedad de su estado.
“La Justicia se ha pronunciado
sobre el futuro de Marie,
ahora volveremos a casa para
seguir con nuestras vidas
hasta que Marie decida si ya
ha tenido suficiente. En ese
caso, la Justicia tendrá la
oportunidad de decidir sobre
mi futuro”, declaró Curran.
“Cuesta entender” que a una
“persona discapacitada” se le
niegue “algo que es legal para
cualquier otra persona”,
lamentó Curran, quien
aseguró que seguirá
“presionando” al Gobierno
irlandés para que cambie la
ley, a pesar del fallo judicial.
En este sentido, se mostró
“decepcionado” por el hecho
de que el Supremo no haya
siquiera “ordenado” al
Ejecutivo y el Parlamento de
Irlanda que tomen cartas en el
asunto.
Aunque el veredicto no ha
causado sorpresa, Tom Curran
no pudo evitar llorar al
escuchar las palabras de la
juez en la sala, pero, tras
recomponerse, sacó su
teléfono móvil y le comunicó
a su pareja la noticia: “Ha sido
lo que esperábamos”, le dijo.
EFE